30 de enero de 2025

Torturas y tratos inhumanos: las acusaciones contra Guantánamo, la cárcel a la que Donald Trump enviará a inmigrantes indocumentados

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Estados Unidos .- “Es un lugar duro. Es un lugar del que es difícil salir”.

Así se refirió Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, cuando anunció este miércoles que firmará una orden ejecutiva para pedirle al Pentágono que habilite 30.000 camas en la prisión militar de Guantánamo para llevar a migrantes indocumentados detenidos.

Se trata de una nueva movida en la política migratoria que la administración republicana está aplicando en Estados Unidos.
“Algunos de estos migrantes son tan malos que ni siquiera confiamos en que los países los retengan, porque no queremos que regresen”, dijo Trump durante esa rueda de prensa, aunque cabe resaltar, eso sí, que ninguna estadística oficial muestra que los migrantes estén causando una ola de criminalidad en el país norteamericano.

Trump no solo prometió deportar a los cerca de 11 millones de migrantes sin papeles que se estima viven en ese país, también está endureciendo muchas medidas para tratar de persuadir que más indocumentados entren al país.

De hecho, lo de Guantánamo hace parte de estas “medidas disuasorias” que Trump está implementando en el país. Y es que el solo nombrar la prisión de Guantánamo provoca escalofríos en cualquier persona que conozca su historia.

Si algunos de estos prisioneros hubieran sido llevados directamente a Estados Unidos poco después de ser capturados, habrían estado bajo custodia federal y posiblemente ya habrían sido sometidos a juicio en tribunales estadounidenses

La prisión de la bahía fue inaugurada en 2002, dentro de una base naval estadounidense en Cuba, como parte de la «guerra contra el terrorismo» declarada por el expresidente George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Está situada en la costa este de Cuba, ocupa desde 1903 un área de 117 kilómetros cuadrados, de los cuales sólo 49 kilómetros cuadrados están en tierra firme.

Según el periódico, los migrantes y los presos acusados de terrorismo se encuentran en zonas distintas del centro.

Algunas asociaciones denuncian el trato que reciben, basándose en testimonios que aseguran que se vigila a los migrantes cuando llaman a un abogado y las instalaciones están llenas de ratas debido a las deplorables condiciones de higiene. Además, muchos presos cayeron en la locura por el aislamiento y han visto deteriorada su salud por los malos tratos.

La iniciativa fue aprobada el pasado 22 de enero por la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, con el respaldo casi unánime de esa bancada -excepto un legislador que no votó- y el apoyo de 46 congresistas demócratas.
La ley también recibió el visto bueno del Senado, donde los republicanos tienen mayoría, con el respaldo de 12 senadores demócratas, pese a la oposición de activistas por los derechos de los inmigrantes, tradicionalmente alineados con el Partido Demócrata.
Estos grupos denunciaron la medida por considerarla demasiado radical, al punto de que podría desencadenar redadas masivas contra personas acusadas de delitos menores, como el hurto en tiendas.
Trump puso la migración en el foco de su campaña y ha presionado a las agencias gubernamentales competentes para imponer una cuota de arrestos diarios mínimos por agente y subir la cifra total de detenciones a entre 1.200 y 1.500 al día.
El mandatario ha sugerido que la aprobación de esta ley es solo el principio. En una conferencia de legisladores republicanos en su hotel en Doral, cerca de Florida, destacó el lunes que muestra el potencial de proyectos de ley adicionales que les ayudarán a tomar medidas enérgicas «contra los extranjeros criminales y a restaurar totalmente el estado de derecho en el país».

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