Torturas y tratos inhumanos: las acusaciones contra Guantánamo, la cárcel a la que Donald Trump enviará a inmigrantes indocumentados
Estados Unidos .- “Es un lugar duro. Es un lugar del que es difícil salir”.
Así se refirió Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, cuando anunció este miércoles que firmará una orden ejecutiva para pedirle al Pentágono que habilite 30.000 camas en la prisión militar de Guantánamo para llevar a migrantes indocumentados detenidos.
Se trata de una nueva movida en la política migratoria que la administración republicana está aplicando en Estados Unidos.
“Algunos de estos migrantes son tan malos que ni siquiera confiamos en que los países los retengan, porque no queremos que regresen”, dijo Trump durante esa rueda de prensa, aunque cabe resaltar, eso sí, que ninguna estadística oficial muestra que los migrantes estén causando una ola de criminalidad en el país norteamericano.
Trump no solo prometió deportar a los cerca de 11 millones de migrantes sin papeles que se estima viven en ese país, también está endureciendo muchas medidas para tratar de persuadir que más indocumentados entren al país.
De hecho, lo de Guantánamo hace parte de estas “medidas disuasorias” que Trump está implementando en el país. Y es que el solo nombrar la prisión de Guantánamo provoca escalofríos en cualquier persona que conozca su historia.
Si algunos de estos prisioneros hubieran sido llevados directamente a Estados Unidos poco después de ser capturados, habrían estado bajo custodia federal y posiblemente ya habrían sido sometidos a juicio en tribunales estadounidenses
La prisión de la bahía fue inaugurada en 2002, dentro de una base naval estadounidense en Cuba, como parte de la «guerra contra el terrorismo» declarada por el expresidente George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Está situada en la costa este de Cuba, ocupa desde 1903 un área de 117 kilómetros cuadrados, de los cuales sólo 49 kilómetros cuadrados están en tierra firme.
Según el periódico, los migrantes y los presos acusados de terrorismo se encuentran en zonas distintas del centro.
Algunas asociaciones denuncian el trato que reciben, basándose en testimonios que aseguran que se vigila a los migrantes cuando llaman a un abogado y las instalaciones están llenas de ratas debido a las deplorables condiciones de higiene. Además, muchos presos cayeron en la locura por el aislamiento y han visto deteriorada su salud por los malos tratos.